He llegado al convencimiento que los baños de los aeropuertos son finalmente la cara visible y duradera de un país.
El aeropuerto de Santiago es realmente bueno, sus baños están siempre limpios y son grandes. De esta forma entregan un servicio de calidad a los pasajeros.
Ahora me tocó ver los baños de Panamá, sucios y sin papel higiénico o jabón. A pesar de esta mala experiencia no es el peor que he visto, Buenos Aires le gana en peor calidad.