Ayer me robaron el iPod mientras abordaba el metro en Santa Ana L5. Fue muy rápido, sólo sentí el tirón en el bolsillo y que se cortó la canción que estaba escuchando When a blind man cries, de Deep Purple. Voltee rápidamente pero ya habían desaparecido entre la gente que abordó el tren.
Ahora sólo queda buscar un reemplazo, uno que posea una carga explosiva que se detone remotamente y que sea capaz de causar lesiones graves o quemaduras de tercer grado al que me lo robe.
Mi hermano que contó que presenció una pelea en los andenes de esa estación, convirtiéndola en la estación más flaite de la red de Metro de Santiago de Chile.