A estas alturas del partido todos hemos tenido nuestra cuota de Transantiago.
El miércoles 19 retornaba a casa junto a JP y Raúl cuando de un momento a otro me doy cuenta que en una de las puertas del Metro en que íbamos había un elemento de dudosa procedencia. No era nada menos que un pañuelo desechable de papel pegado con Dios sabe que a la puerta. No encontré nada mejor que tomarle una foto pero justo una señora se cruzó y tapó la toma, en eso JP tomó la cámara e inmortalizó el momento.
Menos mal que Metro gasta mucho dinero sanitizando los vagones con el fin de prevenir contagios. Por otra parte, los buses no se sanitizan nunca y menos reciben un buen aseo.