Esta es una de las técnicas de foto montaje que más llaman la atención. A pesar de lo oscuro que pueda parecer, es una técnica que no toma mucho tiempo pulir y llevar a un nivel aceptable (la fotografía de arriba necesitó dos tomas).
Para ello, necesitamos un trípode o una superficie que nos permita dejar la cámara estática. Si no tienes la posibilidad de programarla para que tome fotos en intervalos o que tome fotos al detectar movimiento, es muy recomendable utilizar un disparador remoto.
Una vez solucionado el tema de la fijación de la cámara, debemos considerar la iluminación, la cual debe ser constante para que no hayan problemas de sombras y exposición, no debemos emplear el flash y que en espacios cerrados genera sombras al azar.
Debemos tomar muchas fotos para que luego tengamos de donde elegir, considerando la composición. Para sobreponer las fotografías debemos emplear algún programa de edición, como GIMP. Colocamos las fotografías en varias capas y luego generamos mascaras de capas para ir variando la transparencia y degradado entre capas.